A medida que el mundo enfrenta temperaturas en aumento y eventos climáticos extremos, las ciudades están reevaluando sus estrategias de planificación urbana para construir resiliencia y adaptabilidad. En París, está en marcha un cambio de paradigma que sitúa la plantación de árboles conscientes del clima y espacios verdes en el centro del futuro de la ciudad.

El enfoque histórico de los árboles urbanos en París

Durante siglos, París ha cautivado a los visitantes con sus grandes bulevares y calles arboladas.

El principio rector detrás de la selección de árboles en la ciudad ha sido la estética y la sombra. Árboles con hermosas copas, como el plátano de Londres, el castaño de indias, el tilo y el árbol pagoda japonés han adornado Campos Elíseos, embellecido los alrededores de Los Inválidos y bordeado los pintorescos bancos del río Sena.

Este legado de verdor y elegancia se transmitió desde el barón Haussmann, el arquitecto y urbanista responsable de la modernización de París en el siglo XIX.

Adoptando la resiliencia climática: Una nueva visión para París

A medida que la ciudad se prepara para un futuro marcado por el aumento de las temperaturas y las olas de calor, París está adoptando una nueva visión. Ya no centrada únicamente en la estética, combatir los desafíos del cambio climático.

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Christophe Najdovski, el vicealcalde de espacios verdes, enfatiza la necesidad de especies que puedan prosperar en medio de la escasez de agua y el calor extremo. Este enfoque transformador de la plantación de árboles urbanos forma parte del plan más amplio de París, que busca crear una ciudad ‘bioclimática’ donde los espacios verdes surgen de los techos, plazas públicas y viviendas.

El papel de los árboles en la mitigación del cambio climático

La plantación de árboles en entornos urbanos conlleva beneficios inmensos más allá de lo puramente estético. Los árboles capturan eficientemente el dióxido de carbono y combaten la contaminación del aire. También desempeñan un papel crucial en la mitigación del calor urbano, un fenómeno conocido como el efecto isla de calor urbano. A medida que las superficies de concreto y asfalto en las ciudades retienen y irradian calor, los espacios verdes y los árboles actúan como sistemas de enfriamiento naturales, templando el microclima de la ciudad y proporcionando un alivio muy necesario a los habitantes urbanos durante los veranos abrasadores.

Desafíos en el mantenimiento de árboles urbanos

Aunque la idea de plantar más árboles en las ciudades recibe un amplio apoyo y entusiasmo, llevar a cabo estos ambiciosos objetivos de plantación de árboles no está exento de desafíos. 

Algunas ciudades luchan por cumplir sus compromisos debido a la falta de planificación a largo plazo y financiamiento adecuado para el mantenimiento de los árboles. A medida que los árboles crecen y maduran, requieren cuidado y atención consistentes. Desafortunadamente, algunos árboles recién plantados nunca alcanzan la madurez y se convierten en víctimas de un cuidado insuficiente o factores de estrés ambiental.

Manuel Barreiro
Foto: Armando Vázquez / Manuel Barreiro

El cambio climático agrava los desafíos de la supervivencia de los árboles urbanos. Ciudades como Madrid han enfrentado bajas tasas de supervivencia de los árboles jóvenes ante sequías prolongadas. Copenhague, Dinamarca, también se encontró con costos inesperados al implementar iniciativas de plantación de árboles, lo que llevó a compromisos en las ubicaciones óptimas de plantación. A medida que los patrones climáticos cambian y los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes, la resiliencia de los árboles urbanos se vuelve cada vez más crítica.

Diversificación de la selección de árboles en París

En respuesta a estos desafíos, París está persiguiendo una variedad diversa de especies de árboles resistentes al calor para mejorar la resiliencia climática. Mientras que algunas especies de árboles, como el avellano turco, el arce de Montpellier, el almez europeo y el encino carrasca, ya han demostrado tolerancia al calor en el entorno de la ciudad, los funcionarios buscan evitar depender en exceso de algunas especies. La ciudad está considerando activamente la introducción de nuevas especies de árboles que demuestren una adaptación efectiva al cambio climático.

Para garantizar la supervivencia de los árboles recién plantados, París ha implementado un protocolo meticuloso. Estas especies reciben riego regular cada dos semanas durante sus primeros tres años, proporcionándoles la humedad esencial durante su fase de crecimiento vulnerable. Los árboles son apoyados por estacas para ayudar en su desarrollo y algunos están protegidos por anillos de metal para resguardarlos de posibles daños. La ciudad también ha equipado alrededor de 100 árboles nuevos con sondas de estrés hídrico, lo que permite un monitoreo continuo de su salud.

París está dando pasos loables hacia su ambicioso objetivo de plantar 170 mil  árboles para 2026. Entre noviembre de 2022 y abril de 2023, ya se plantaron más de 25 mil, 800 de ellos a lo largo de las calles de la ciudad. París aspira a alcanzar un tercio de su objetivo para el final de la temporada de plantación actual subrayando el compromiso de la ciudad con un futuro más verde.

Ampliación de espacios verdes para un futuro sostenible

El nuevo plan urbanístico de París no solo enfatiza la plantación de árboles, sino que también visualiza la expansión de espacios verdes en un impresionante aumento de 300 hectáreas. Parte de este plan incluye la creación de un nuevo parque que abarcará los barrios de bajos ingresos de La Chapelle y La Villette en la región norte de la ciudad. Además, la ciudad espera abrir jardines privados al público, brindando a los residentes y visitantes un mayor acceso a refugios verdes dentro de la ciudad.

El enfoque progresista de París en la planificación urbana, con énfasis en la resiliencia climática y los espacios verdes sostenibles, establece un ejemplo convincente para las ciudades de todo el mundo. A medida que la ciudad planta una amplia variedad de árboles resistentes al calor y expande su infraestructura verde, París allana el camino hacia un entorno urbano más sostenible, biodiverso y resistente al clima.

Manuel Barreiro Castañeda