La mayoría de los autobuses escolares funcionan con combustible diésel, lo que no solo contribuye a las emisiones de carbono sino que también plantea riesgos para la salud debido a los numerosos contaminantes nocivos en el escape del diésel, de ahí la importancia de los vehículos eléctricos.

El estudio de Salud Infantil encontró que una alta exposición a las partículas en suspensión (PM) obstaculiza el desarrollo pulmonar y puede tener efectos duraderos en la salud que perduran toda la vida. Por su parte, el estudio de Exposición de Autobuses Escolares para Niños (2003) descubrió que el escape de los autobuses escolares aumenta la exposición de los niños a las PM.

Reconociendo la necesidad urgente de opciones de transporte más limpias y saludables para los escolares, organizaciones y activistas como la Iniciativa de Autobuses Escolares Eléctricos, la Coalición de Autobuses Escolares Eléctricos, la Moms Clean Air Force e, incluso, la Asociación Americana del Pulmón han estado abogando por la implementación del uso de autobuses eléctricos.

Estos vehículos han ganado un gran impulso en Estados Unidos en los últimos años. A fines de 2022, había mil 398 autobuses escolares eléctricos en funcionamiento, entregados a distritos escolares o pedidos. Para abril de 2023, había 5 mil 612 autobuses escolares eléctricos comprometidos según la Iniciativa de Autobuses Escolares Eléctricos. Estos compromisos provienen de 50 estados, el Distrito de Columbia, cuatro territorios de Estados Unidos y cuatro naciones tribales.

Los asesora financiera Bloomberg, recientemente, cubrió estos esfuerzos en todo Estados Unidos para reemplazar las flotas de autobuses escolares diésel envejecidos con versiones eléctricas modernas.

Beneficios ambientales y de salud de los autobuses eléctricos

Los autobuses escolares eléctricos ofrecen una solución convincente para abordar las preocupaciones ambientales y de salud asociadas con los autobuses diésel tradicionales.

Según el Laboratorio Nacional de Argonne, la huella de carbono de un autobús escolar diésel es de, aproximadamente, 3.3 libras de dióxido de carbono equivalente (CO2e) por milla. Esto es más de dos veces las emisiones de un autobús eléctrico, que emite 1.5 libras de CO2e por milla cuando está alimentado por la red eléctrica promedio de Estados Unidos.

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Además, los autobuses eléctricos eliminan las perjudiciales emisiones de escape que producen los autobuses diésel. Al reemplazar los motores diésel por motores eléctricos, se elimina la liberación de PM y óxidos de nitrógeno mejorando significativamente la calidad del aire alrededor de las escuelas y para los estudiantes que viajan en los autobuses.

La electrificación de una parte significativa de la flota de autobuses escolares estadounidenses, el sistema de transporte en masa más grande del país, aunque no está centralmente gestionado, resultaría en una reducción sustancial de las emisiones y mejoras en la salud pública.

Consideraciones sobre el alcance y la carga

Sin embargo, la transición a los autobuses escolares eléctricos no está exenta de desafíos. Una consideración clave es el alcance de un autobús eléctrico y su capacidad para hacer frente a diferentes rutas. Si bien los viajes más cortos, como un viaje de ida y vuelta de 13 millas a un destino local están dentro de las capacidades de alcance de los autobuses eléctricos, los viajes de campo más largos pueden requerir una planificación adicional debido a posibles limitaciones de alcance. Factores como la calefacción de los autobuses durante los meses más fríos y la conducción constante a alta velocidad también pueden afectar la distancia por carga.

Para abordar estos desafíos, los autobuses eléctricos suelen cargarse durante la noche en el depósito de autobuses para garantizar una carga completa para las rutas del día siguiente. Los tiempos de carga varían pero, generalmente, toman alrededor de cuatro horas para alcanzar el 100 por ciento de capacidad, dependiendo de la cantidad de carga restante. A pesar de estas preocupaciones, muchas rutas matutinas y vespertinas se pueden completar con una sola carga.

Adopción gradual y aumento de la demanda

Si bien la adopción de autobuses eléctricos está ganando impulso, aún representan menos del uno por ciento de los autobuses escolares en las carreteras de Estados Unidos, sin embargo, la creciente demanda, los avances tecnológicos y una cadena de suministro más eficiente pueden impulsar el cambio en la industria, como se señala en la historia de Bloomberg. Muchos distritos escolares en todo el país están comenzando de manera pequeña, con compras iniciales de uno o unos pocos autobuses eléctricos. Este enfoque gradual permite a los distritos probar y evaluar la viabilidad y los beneficios de los autobuses eléctricos en sus contextos específicos.

Por ejemplo, las Escuelas Públicas del Condado de Montgomery en Maryland, una de las flotas de autobuses escolares más grandes de Estados Unidos, planean operar 240 autobuses eléctricos adicionales para fines de 2024, además de los 86 que ya están en servicio. Este compromiso significativo demuestra el creciente interés en los autobuses eléctricos y establece un ejemplo para que otros distritos sigan el mismo camino.

Escalado: Infraestructura y apoyo financiero

La expansión de las flotas de autobuses eléctricos requiere una coordinación cuidadosa con las empresas de servicios públicos para garantizar la infraestructura de carga y el apoyo suficientes. Los distritos escolares como el condado de Montgomery contratan a empresas privadas que supervisan la compra de autobuses, la gestión de la infraestructura de carga y la cobertura de los costos de servicios públicos. Este enfoque colaborativo puede aliviar la carga financiera asociada con la inversión inicial en autobuses eléctricos y su infraestructura.

Para reducir aún más el costo de la electrificación, algunos distritos están explorando la opción de revitalizar autobuses de combustibles fósiles existentes con sistemas eléctricos. Estos autobuses revitalizados pueden ser una alternativa más económica que comprar autobuses eléctricos completamente nuevos. Sin embargo, los autobuses revitalizados pueden no tener la misma vida útil que los nuevos.

El apoyo financiero tanto de los gobiernos estatales como federales desempeña un papel crucial en acelerar la transición a autobuses escolares eléctricos. Se han introducido incentivos y programas de financiamiento para ayudar a los distritos escolares a cargar con los costos de adoptar tecnologías de autobuses más limpias.

La historia de Bloomberg explica que la aprobación de la Ley de Infraestructura Bipartidista en 2021 fortaleció el apoyo a los autobuses escolares eléctricos. El financiamiento de la ley incluye el Programa de Autobuses Escolares Limpios, que cuenta con un presupuesto de 5 mil millones de dólares hasta el año fiscal 2026, convirtiéndolo en la fuente de financiamiento única más grande para autobuses de bajas y cero emisiones. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ya ha distribuido cantidades significativas de financiamiento, con planes de seguir proporcionando aproximadamente mil millones de dólares anualmente.

Perspectivas futuras

La adopción de autobuses eléctricos en las flotas escolares tiene un tremendo potencial para reducir las emisiones, mejorar la calidad del aire y proteger la salud de los estudiantes.

Aunque la transición aún está en sus primeras etapas, la creciente demanda, el apoyo financiero, la innovación tecnológica y la colaboración entre las partes interesadas están impulsando el crecimiento de las flotas de autobuses eléctricos.

Con esfuerzos e inversiones continuas, los autobuses eléctricos están preparados para convertirse en la nueva norma en el transporte de estudiantes, allanando el camino hacia un futuro más limpio y saludable.


Manuel Barreiro Castañeda